Con 45 votos a favor, 24 en contra y una abstención se votó la nueva Ley.

La sanción del Presupuesto le permitirá al Gobierno dar una doble señal: por un lado, al Fondo Monetario Internacional (FMI), en virtud del polémico acuerdo firmado este año; y por otro, a los países que integran el G20 en la previa de la cumbre que tendrá lugar entre el 30 y el 1ro. de diciembre en Capital Federal.

Mientras que en las afueras del Congreso hubo dos detenidos en circunstancias confusas, adentro del recinto se desarrolló un acalorado debate entre oficialistas, aliados y opositores.

Entre sus principales variables, la “ley de leyes” prevé para 2019 una inflación interanual del 23% al mes de diciembre; un dólar promedio a 40,10 pesos; y una caída del 0,5% del PBI. Además, el 77% del gasto primario se destinará a servicios sociales, y se estima una caída del consumo privado del 1,6%.

Ya en la madrugada, el legislador por Proyecto Sur-UNEN Pino Solanas apuntó: «Vamos a terminar este año con un 48% de inflación. ¿El año que viene la van a bajar al 23%? No es serio». También criticó: “¿Hay alguien que puede creer que el año que viene va a haber déficit 0?”.

En una tónica similar, Adolfo Rodríguez Saá explicó que «gastar menos no es ajustar, es eliminar gastos superfluos e innecesarios y suplantarlos por inversiones productivas que generen trabajo, bienestar y calidad de vida».

En el cierre, Cristina Kirchner dijo que no se está discutiendo un Presupuesto «en el sentido en que fue pensado» sino «una ley de déficit 0, que se trató en 2001 y que no tuvo ningún resultado».

En tanto, el jefe del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, explicó: “Tenemos un Presupuesto de emergencia producto de factores externos -la crisis internacional-, e internos -la sequía-; pero también el factor económico de la causa de los cuadernos, que ha paralizado las obras públicas”.

 

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