Antes de la gran marcha prevista para mañana, Santiago Caputo, el brazo derecho de Javier Milei, convocó en la Casa Rosada a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y a los líderes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Transporte y Justicia, con el objetivo de establecer la coordinación global del operativo. Conversaron por una hora y media, después de los severos enfrentamientos entre la policía y grupos de violencia en la desvirtuada protesta de los retirados del miércoles pasado.

La reunión se llevó a cabo en el salón Martín Fierro desde justo antes de las 11 hasta las 12.30, en la oficina del influyente asesor, virtual jefe de Gabinete, junto a los jefes de Inteligencia: Sergio Neiffert, quinto oficial de la SIDE y mano derecha de Santiago Caputo; y Diego Kravetz, octavo oficial, que se incorporó al Gobierno el año pasado después de abandonar su posición en el departamento de Seguridad Ciudadana. Además, se encontraban presentes Franco Mogetta, secretario de Transporte, y Sebastián Amerio, viceministro de Justicia.

Los perfiles y áreas de los empleados concuerdan con los adelantos que este medio proporcionó acerca del operativo que el Gobierno planea para una jornada que se anticipa complicada. Como informó Infobae, buscan destacar los esfuerzos de inteligencia anticipada; esto podría implicar intervenciones en trenes y autobuses que arriben desde el conurbano o se desplacen por la ciudad.

El ámbito judicial será crucial, tras las críticas hacia la jueza Karina Andrade por su resolución de liberar en la misma madrugada de las manifestaciones a la mayoría de los arrestados por los desórdenes del miércoles anterior.

Existen inquietudes en el Gobierno, que denunció un intento de «golpe de Estado» -de acuerdo con Bullrich y Guillermo Francos, el jefe de gabinete, que no participó hoy en la cumbre-. Existía un ambiente de secreto intenso en torno a esta reunión, en contraposición a las que se llevaron a cabo entre el viernes y el lunes en el edificio de Seguridad, ubicado en la calle Gelly y Obes. Por lo tanto, se destacaron algunos detalles.

El encuentro se prolongó durante una hora y, uno a uno, emergieron Mogetta, Neiffert y Kravetz, inicialmente sin hacer declaraciones a los medios acreditados. Finalmente, Bullrich hizo lo mismo, eludiendo a los periodistas; y Amerio. La orientación fue que la vocería del asunto se enfoque únicamente en Bullrich. Sin embargo, por la tarde no estaba decidido si emitiría una declaración pública o no. Ayer había brindado una conferencia de prensa en la Casa Rosada, en la que explicó pormenores de la ley antibarras que modificó tras los sucesos.

Se asume que el operativo permanecerá constante en comparación con el anterior, aunque se realicen modificaciones en la coordinación para mantener a los manifestantes alejados del palacio del Congreso -reservarán allí una «área estéril» y en el espacio de la plaza, con el objetivo complicado de alcanzar, de que no se bloqueen las calles.

El comando unificado mantendrá aproximadamente mil efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Se incorporarán a los de la Metropolitana después de que el viernes el ministro de Seguridad de la Provincia, Horacio Giménez, se reuniera con Bullrich en la cartera de Seguridad, manteniendo una comunicación telefónica. Kravetz también funciona como enlace con la fuerza urbana.

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