Es por el inminente cierre del shopping y la incertidumbre de lo que ocurrirá con sus puestos de trabajo. Cortaron este miércoles por la mañana la avenida.
Los trabajadores del shopping Buenos Aires Design cortaron este miércoles por la mañana la Avenida del Libertador para protestar ante la pérdida de sus fuentes laborales luego de que la desarrolladora IRSA no presentará un plan de contención ante el fin de la concesión del predio. «No al cierre. Trabajadores del Buenos Aires Design cortamos Avenida Pueyrredón y Avenida Libertador», señalaba la convocatoria de los empleados.
Este domingo el Buenos Aires Design, ubicado en el barrio de Recoleta, cerrará sus puertas definitivamente y más de 700 familias quedarán sin trabajo. El cierre alcanza a los 70 locales del shopping de diseño y a los restaurantes y bares. Vence la concesión otorgada a Emprendimientos Recoleta S.A., cuyo accionista mayoritario es IRSA, la desarrolladora inmobiliaria de Eduardo Elsztain, dueña de los principales shoppings del país.
En octubre pasado, la Legislatura porteña aprobó en primera lectura el texto de una ley que daría en concesión por 15 años, prorrogable por 5 años más, la ley preveía que el actual concesionario extienda la continuidad de los usos por un plazo de al menos 18 meses, hasta tanto el predio sea adjudicado nuevamente. Pero para que se transforme en ley necesita pasar por una audiencia pública y una segunda lectura en el recinto, algo que recién está previsto para enero.
Desde que se trató en el recinto, las autoridades de IRSA y el Gobierno de la Ciudad buscaban acercar posiciones para continuar con el shopping abierto hasta tanto se licite. Sin embargo, no hubo acuerdo y el shopping cerrará sus puertas. De los 70 locales originales, cerca de 15 ya habían cerrado en los últimos meses.
“El hecho de que la vigencia de esta concesión finaliza este domingo era una cuestión ya sabida de antemano por todos los actores intervinientes. De esta manera, el predio vuelve a manos de la Ciudad, que está analizando distintas opciones de cara al futuro”, afirmó en un comunicado el Gobierno de la Ciudad.
Hasta hace poco, administrar el shopping era un muy buen negocio. El canon mensual era de $397.000, una suma irrisoria, teniendo en cuenta que por el alquiler de dos locales de 250 metros cuadrados un inquilino pagaba $450.000, incluyendo expensas e IVA. Sin contar que la llave era de tres alquileres anuales y la comisión de Fibesa, la empresa de IRSA que alquila los locales, era de 6%, equivalente a seis alquileres más. Hace un tiempo, IRSA dolarizó los alquileres, algo que molestó más a los locatarios.