Este lunes, las conversaciones se reanudaron entre los representantes de Aerolíneas Argentinas y los sindicatos aeronáuticos, después de una semana marcada por los paros inesperados y la elección del Gobierno de liberalizar el servicio de rampas. En la reunión, que comenzó a las 14, se aborda un incremento salarial que, de acuerdo con los sindicatos, presenta un retraso cercano al 90% respecto a diciembre de 2023.
Las reuniones se realizan de manera individual con cada sindicato, por lo que se anticipa que se prolonguen hasta la noche. “Estamos dispuestos a abrir los convenios laborales para negociar algunas cuestiones que el Gobierno trata de imponer”, manifestaron los sindicatos a este medio previo a su entrada.
El último encuentro entre las dos partes tuvo lugar el viernes, en el que se pactó continuar los diálogos si los sindicatos se comprometían a no ejercer acciones de fuerza durante el espacio de diálogo. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) son los sindicatos participantes.
En este escenario, el Gobierno argumenta que podría proporcionar a los sindicatos un incremento salarial superior al 14% si aceptan cambios en el acuerdo laboral colectivo. Para incrementar la rentabilidad de la compañía ante una potencial privatización, el Ejecutivo busca suprimir el requisito que autoriza a los trabajadores a utilizar remises y disponer de pasajes durante las vacaciones y días festivos. No obstante, los sindicatos exigen un 35%, una cifra que asciende al 35%.
La administración de Javier Milei otorgó a los sindicatos un último aviso a los gremios la semana anterior ante las constantes acciones de fuerza. De acuerdo con fuentes oficiales, si los sindicatos no ofrecen un plan de trabajo para solucionar los conflictos sin perjudicar a la aerolínea, se procederá con un Plan Preventivo de Crisis, el cual podría provocar el cierre de la empresa.
