El gesto de Mauricio Macri tiene que ver con el “run run” creciente por estos días en el seno del radicalismo respecto de la posibilidad de una ruptura partidaria por quienes están descontentos de su papel en Cambiemos. Es sabido que un grupo de dirigentes del partido centenario viene hablando de la posibilidad de alejarse de Cambiemos para encolumnarse con Roberto Lavagna, de cara a las próximas elecciones.
El diálogo incluiría el tema de la fórmula presidencial, a sabiendas de que desde la Unión Cívica Radical se viene reclamando una integración a ese nivel, que desde el Pro venían resistiendo. Se sabe que está en el ADN del macrismo armar fórmulas “puras”, como las que presentaron para las presidenciales de 2015, la que siempre mantienen en la Ciudad de Buenos Aires y hasta la que quisieron presentar, también en 2015, en la provincia de Buenos Aires. Recordemos que en esa oportunidad María Eugenia Vidal había elegido para secundarla a Cristian Ritondo, lo que llevó a Ernesto Sanz a poner el grito en el cielo reclamando participación radical. Ese pedido fue rápidamente atendido y Ritondo fue reemplazado por Daniel Salvador, un hombre cercano a Sanz.
De acuerdo con lo publicado por Clarín, el Gobierno no querría “un tapado” para secundar a Macri, sino “un gobernador o (Martín) Lousteau”. Precisamente el exembajador en Estados Unidos es un nombre esgrimido por el sector de la UCR que alienta presentar un candidato propio para competirle a Macri en las PASO. Lousteau también habría sido tentado por Roberto Lavagna para ser su candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
En el caso de un gobernador, el nombre que se cae de maduro es el del mendocino Alfredo Cornejo, presidente de la Unión Cívica Radical y el único de los gobernadores actuales del radicalismo que no tiene reelección.