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Lala Ciudad cambió el procedimiento mediante el cual se verifica el estado del tanque y la calidad del agua fijando un control obligatorio anual.

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Ya no será necesario tirar 1692 millones de litros de agua potable cada año de los edificios porteños de toda la ciudad, una práctica que venía desarrollándose sin antes realizar un análisis del contenido para conocer el estado de situación. Una reglamentación del año 1991 obligaba a vaciar el tanque semestralmente. Por esa imposición del Estado, los consorcios además, debían pagar un procedimiento de limpieza con un costo promedio de 16.360 pesos anuales para un edificio tipo de 36 unidades.

Desde ahora la Ciudad cambió el procedimiento mediante el cual se verifica el estado del tanque y la calidad del agua fijando un control obligatorio anual a través de un examen físico – químico y otro bacteriológico que, en caso de dar bien, evitará un desperdicio de agua equivalente al contenido de 677 piscinas olímpicas (50 x 25 metros y 2 metros de profundidad).

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“Analizamos todas las normativas que rigen para los consorcios y nos encontramos con disposiciones que son obsoletas y contrarias al cuidado de recursos de los vecinos y el medioambiente”, afirmó Facundo Carrillo, secretario de Atención y Gestión Ciudadana, al tiempo que explicó: “Lanzamos un plan de 14 medidas con el objetivo de mejorar los controles y cuidar un recurso imprescindible como lo es el agua potable contenida en todos los tanques de los edificios de la Ciudad”.

La nueva ley, además, establece para el consorcio de propietarios y/o administrador de de Propiedad Horizontal, la obligación  de controlar y revisar en forma periódica las instalaciones, a fin de conservar, mantener y asegurar la hermeticidad del agua, garantizando las condiciones necesarias para consumo humano.

En el supuesto que del resultado de los análisis surja que la calidad del agua potable para consumo humano no se ajusta a los estándares establecidos por el Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS), dentro de los quince (15) días corridos, el consorcio de propietarios y/o su administrador, debe proceder a limpiar y desinfectar los tanques conforme la normativa vigente y aplicable a la materia.

Este cambio en el proceso permitirá ahorrar en promedio unos 8100 pesos por cada edificio y reducir enormemente el impacto ambiental cuidando un recurso natural que es imprescindible para todos. Es la sexta medida que la Ciudad aplica, en el marco de un plan de 14 que buscan mejorar los controles y reducir los costos que pagan los vecinos en las expensas. Por las seis medidas ya implementadas los consorcios pueden ahorrar hasta 49.100 pesos en el año.

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