El ministro de Salud porteño Fernán Quirós, afirmó este martes que la Ciudad ya tuvo su pico de casos de coronavirus entre el 3 y 5 de agosto y mostró algunos datos alentadores de cara a la nueva etapa de la cuarentena que comienza la semana que viene.
«Tomando el promedio de contagios en los últimos 7 días, entre el 3 y el 5 de agosto tuvimos el pico. En ese momento estuvimos en un promedio de 1.300 casos y al día de hoy estamos entre 900 y 1000, con un descenso lento y progresivo. Hace unos 9 días que venimos en descenso permanente. Eso no significa que no podamos tener más casos ni que se haya terminado el problema, pero la tendencia es clara», explicó.
Consultado en radio Con Vos sobre el récord de casos y fallecidos registrado este lunes, el ministro señaló que «cuando uno mira la curva ordenando por el momento en que se hizo el hisopado, que es la forma correcta de evaluar día a día, la Ciudad sigue estando con el R (índice de contagiosidad) debajo de 1 y con una curva que tiende a un pequeño descenso».
«No son días que nos preocupen, porque ya sabemos cómo se originó ese aumento de casos», sentenció.
Respecto de cómo cree que evolucionará la pandemia en territorio porteño, el funcionario anticipó: «Si no hay un cambio brusco de comportamiento social, creo que la curva va a tener un descenso lento y paulatino, de varias semanas, tal vez un poco más de un mes. Luego vamos a llegar a un valor de casos de actividad permanente hasta que aparezca una vacuna. No sabemos dónde estará, pero probablemente sea un poco por debajo de los 500 casos por día».
En esa línea, Quirós mencionó el caso de los rebrotes en ciudades europeas. «Madrid, por ejemplo, ha tenido una primera curva muy dura, sobre todo en población vulnerable. Esta segunda curva es más baja; se mueve entre 300 y 800 casos por día; con pequeños síntomas y en gente más joven. Pareciera que es por un comportamiento social diferente y una realidad muy diferente a la de la primera ola», agregó.
De todas formas, aclaró, «la cantidad de fallecidos de la CABA es bien inferior a la de las ciudades europeas y hacer comparaciones no es del todo apropiado«.
«Las ciudades latinoamericanas tienen un nivel de pobreza y un urbanismo muy favorecedor de la circulación de este virus. Entonces podés comparar a Buenos Aires con San Pablo o Santiago de Chile; y ahí la Ciudad tuvo una reacción diferente. Hoy estamos mucho mejor con camas de terapia. Cuando empezó la pandemia teníamos menos de la mitad de las que hubiéramos necesitado», sumó.
«No tengo dudas de que la cuarentena precoz fue una decisión valiente y correcta que evitó una catástrofe sanitaria, al menos en el AMBA. Y tampoco tengo dudas que esa decisión trajo un desafío que no tuvo ningún otro país, que es una cuarentena larguísima, con una curva que todavía no está desandada», reconoció.
Por último, respecto de la posibilidad de permitir más aperturas a partir de la semana que viene, el ministro anticipó: «Por las características de la Ciudad, el desandado tiene que ser paulatino, progresivo y prudente. Eso contempla que las actividades que se pueden ir liberando son al aire libre. Hay que tratar de evitar al máximo los lugares cerrados y mal ventilados. No podemos poner en tensión una curva que tiene que ir descendiendo».
«Del 3 al 5 de agosto tuvimos el pico de la curva. Hemos tenido la valentía y la prudencia de ir desandando desde julio en adelante y lo vamos a seguir haciendo. Pero vamos a hacerlo de acuerdo a los datos y la evidencia. No conozco ningún país que haya desandado la cuarentena cuando los casos estaban tan altos. Es un equilibrio muy fino», cerró.