Se trata de Correo Central, Catalinas Norte y Retiro, que atraerían a esa cantidad de usuarios. Se podrá recorrer toda la traza en 32 minutos.
Esta obra les permitirá a los vecinos hacer conexiones con la Línea B y la Línea C, los ferrocarriles Mitre, San Martín y Belgrano, la Terminal Buquebus y 30 líneas del Metrobus.
Desde hace dos meses que se venían realizando pruebas de circulación de trenes, un proceso compuesto por cuatro chequeos diferentes con el fin de verificar el funcionamiento del equipo técnico y se capacita a los conductores para que se familiaricen con el nuevo tramo.
Primero se hizo una prueba de vías donde se controlaron las soldaduras entre los tramos, la distancia entre los dos rieles y la inclinación que toma la vía ante una curva para comprobar que no exista riesgo de descarrilamiento.
La ampliación ocurre en la línea más postergada de la red. Trenes con más de medio siglo de antiguedad, frecuencias dispares y cancelaciones repetidas la pusieron en esa categoría. Según datos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, el año pasado, en la línea E hubo 2.683 minutos de interrupción. La cifra equivale a dos días completos de subte parado por causas relacionadas con la operación, sin considerar cortes por huelgas, pasajeros descompuestos u otros casos fortuitos.