Este jueves comenzó el juicio oral por la denominada causa Cuadernos, uno de los casos de corrupción más grandes de la historia judicial argentina. El proceso, que estará a cargo del Tribunal Oral Federal N°7, juzgará a 87 imputados, entre ellos Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y José López, y podría extenderse durante varios años.

El expediente se originó en 2018 a partir de las anotaciones del chofer Oscar Centeno, quien registró detalladamente un presunto circuito de pago de sobornos entre empresarios de la obra pública y funcionarios del kirchnerismo durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Kirchner (2007-2015). Según la fiscalía, los acusados integraron una asociación ilícita destinada a recaudar dinero de forma ilegal a cambio de contratos de obra pública, por montos que habrían alcanzado los miles de millones de dólares.

El desarrollo del juicio

El proceso se realizará de manera virtual debido a la gran cantidad de imputados y testigos. Hasta fin de año, las audiencias se celebrarán todos los jueves a las 9:30, con transmisión pública por YouTube. La Cámara de Casación recomendó acelerar el cronograma, ya que con una audiencia semanal el juicio podría prolongarse más de tres años.

En esta primera etapa se escucharán las declaraciones indagatorias de los acusados. Luego se definirá si la fiscalía mantiene o ajusta la lista de testigos, que incluye a 299 personas en la causa central y 899 en el total de expedientes vinculados.

Funcionarios, empresarios y arrepentidos

Cristina Kirchner llega al juicio como presunta jefa de la asociación ilícita. El exministro de Planificación Julio De Vidoes señalado como organizador del circuito de sobornos, mientras que Roberto Baratta y Oscar Centeno habrían sido los encargados de las entregas de dinero. Centeno fue uno de los primeros en acogerse a la figura del arrepentido, al igual que otros protagonistas del caso.

Entre los empresarios que confesaron su participación figuran Ángelo Calcaterra (IECSA), Aldo Roggio (Grupo Roggio), Carlos Wagner (Esuco), Hugo Eurnekian (Corporación América), Enrique Pescarmona (IMPSA) y Gerardo Ferreyra (Electroingeniería), entre otros. Las declaraciones de los arrepentidos fueron clave para sostener las acusaciones de cohecho y cartelización en la obra pública.

Las pruebas y la pericia sobre los cuadernos

Una de las principales controversias del proceso gira en torno a la autenticidad de los cuadernos de Centeno. En agosto de este año, un peritaje de Gendarmería Nacional confirmó que las anotaciones manuscritas son originales y fueron realizadas por el propio chofer. Los especialistas determinaron que existe correspondencia entre los textos físicos y las copias digitales entregadas a la Justicia, aunque advirtieron que falta el cuaderno número cinco.

El informe pericial concluyó que los escritos fueron ejecutados “de manera libre y espontánea” y constituyen una prueba fundamental para el juicio.

La magnitud del caso

La fiscalía imputa a los acusados por ocho delitos, entre ellos asociación ilícita, cohecho activo y pasivo, dádivas y encubrimiento. En el caso de Cristina Kirchner, se le atribuyen 26 hechos de cohecho pasivo como coautora y otros 175en expedientes conexos.

Las penas por asociación ilícita oscilan entre 3 y 10 años de prisión, y pueden elevarse a 5 años como mínimo para quienes sean considerados organizadores o jefes del esquema.

El equipo de la fiscal Fabiana León, acompañado por Nicolás Codromaz, Guido Ambrosio y Claudio Nimis, subrayó que “la corrupción se juzga” y que “la honra no se paga”, rechazando los intentos de algunos empresarios de frenar el proceso mediante acuerdos económicos.

El juicio por la causa Cuadernos promete convertirse en un hito judicial y político, con potencial impacto en el futuro del kirchnerismo y en la percepción pública sobre la corrupción en la Argentina.

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