luz

Con el objetivo de evitar un mayor traslado a precios en la antesala de las elecciones, el Gobierno decidió reintroducir los subsidios a la energía para todos los hogares, incluidos aquellos de altos ingresos que habían quedado excluidos en esquemas anteriores. La medida busca amortiguar el efecto de la devaluación y de los mayores costos de generación en las facturas de electricidad y gas natural.

Según cálculos de la Secretaría de Energía, el aumento promedio de las boletas de septiembre será del 1,95%, bastante menor al que correspondería de haberse trasladado plenamente el incremento en los costos de producción y transporte de energía. La estrategia consiste en aplicar un precio subsidiado para la energía mayorista, compensando así los picos de gasto que se registran en los meses de invierno.

De esta manera, los usuarios de Nivel 1, categorizados como hogares de altos ingresos (barrios cerrados, countries, Puerto Madero y zonas de alto poder adquisitivo en todo el país) volvieron a recibir cobertura estatal, en un esquema que hasta hace poco se destinaba solo a los segmentos de ingresos medios y bajos.

La decisión fue explicada por el secretario coordinador de Minería y Energía, Daniel González, quien junto al ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, defendió la necesidad de suavizar el impacto en los usuarios en un contexto electoral. González planteó que el costo de la energía en invierno se dispara no solo por el aumento del consumo de gas en hogares, sino también porque disminuye la disponibilidad para generar electricidad, lo que obliga a importar GNL o a utilizar gasoil, hasta cinco veces más caro que el gas natural.

El subsidio no es total y no hemos conseguido trasladar al consumidor el 100% del costo”, reconoció González, al tiempo que subrayó que la asistencia se orientará de manera estacional: electricidad en los meses más fríos y gas en invierno, mientras que en épocas de menor consumo se analizarán esquemas más acotados.

Actualmente, el 60% de los hogares argentinos recibe algún tipo de subsidio eléctrico. No obstante, el funcionario reconoció que la gestión de Javier Milei enfrenta una doble presión: recomponer el equilibrio económico de las empresas energéticas y, a la vez, contener el impacto en los bolsillos en un año en el que la inflación y los cortes de suministro siguen siendo temas sensibles.

Entre enero y julio de 2025, el gasto en subsidios a la luz y el gas sumó USD 1.842 millones, lo que representa una caída interanual del 54% y un ahorro de más de USD 2.100 millones respecto al mismo período de 2024. Ese ajuste fue clave para sostener el superávit fiscal, uno de los pilares del programa económico del oficialismo.

El recorte también se explica por factores externos e internos: la entrada en funcionamiento del Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner), la baja en los precios internacionales de la energía y la reducción progresiva de los subsidios tarifarios.

La comparación histórica muestra la magnitud del ajuste. En 2019, el gasto en subsidios energéticos alcanzó los USD 2.258 millones; en 2020, USD 3.123 millones; en 2021, USD 6.564 millones; en 2022, se disparó a USD 7.914 millones por el impacto de la guerra en Ucrania; en 2023 se mantuvo en USD 6.564 millones; y en 2024 cayó a USD 4.031 millones.

Ahora, con la ampliación de los subsidios a todos los niveles de ingreso, el oficialismo busca contener tensiones en las facturas antes de los comicios, aunque en el equipo económico ya anticipan que, después de las elecciones, habrá un rediseño más profundo del esquema. En la Casa Rosada lo definen como la “motosierra post electoral”: un recorte fuerte en los subsidios, con el que el Gobierno intentará consolidar el ajuste fiscal sin comprometer la meta de recomponer la inversión energética.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí