debate

Mauricio Macri y Alberto Fernández se conviertieron sin dudas en los protagonistas excluyentes del último debate presidencial antes de las elecciones del próximo domingo.

En un encuentro mucho más picante y con más cruces directos que el de la semana anterior, desarrollado en Santa Fe, ambos candidatos se cruzaron y acusaron mutuamente.

El encuentro en la Facultad de Derecho de la UBA confirmó lo que parece ser una regla, la confrontación de dos sectores que sienten mutuo rechazo y que apenas conviven. A diferencia del debate de Santa Fe, esta vez Macri y Fernández jugaron el rol esperado: el Presidente al ataque, para reducir la brecha, y el candidato opositor tratando de regular sus dichos y de contenerse -algo que había sido muy cuestionado en la semana-, para administrar la diferencia a su favor. Los dos intentaron capitalizar el «somos distintos», «no nos parecemos en nada».

Alberto replicó también con fuertes cuestionamientos al Presidente, con alusiones a los decretos para nombrar jueces de la Corte y beneficiar a familiares, negocios del grupo Macri con la obra pública, conflictos de intereses del actual gobierno, la crisis económica y el aumento de la pobreza. La tensión llegó al punto de que al final apenas se saludaron casi sin mirarse y ya fuera de cámara cruzaron reproches subidos de tono.

Macri prometió ajustar los créditos UVA por salarios en lugar de la inflación y Alberto F. ratificó sus planes de crear un ministerio de Vivienda, un Consejo de Seguridad y poner en marcha el programa contra el hambre.

Desde un lado más externo de la batalla, se ubicaron los demás candidatos. Con un Roberto Lavagna que buscó mantenerse al margen de la disputa y desde un lugar más incómodo, Nicolás Del Caño disparando contra ambos aunque algo más enfocado en el Presidente, poniendo foco en las principales propuestas del Frente de Izquierda, José Luis Espert buscó incomodar casi constantemente con gran dominio del formato de participación, y sin tapujos sobre sus iniciativas. Juan José Gómez Centurión, por su parte,  priorizó al ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner en sus cuestionamientos.

El candidato de Consenso Federal habló del desafío de crear dos millones de puestos de trabajo, el del Frente de Izquierda propuso una asamblea constituyente, hizo foco en los problemas ambientales más urgentes, apuntó a legalizar la marihuana y la elección directa de jueces. Gómez Centurión cargó contra los cortes de calles y Espert también puntualmente contra los piqueteros y los sindicalistas.

Desde la presentación, Macri mostró una postura más desafiante que en el debate en Santa Fe. «No cambio para acomodarme y tengo un compañero de fórmula que siempre da la cara”, arrancó, y enseguida apeló a su promesa repetida en la campaña para replicar las críticas en materia económica: “Viene una etapa distinta, con crecimiento, empleo y mejora del salario”. Alberto F. también fue agresivo desde esa primera instancia. “Un Presidente no se debe involucrar en la Justicia, no debe firmar decretos que favorezcan a sus hermanos”, arremetió, e hizo referencia al “dedito” antes cuestionado por Macri como pie para meterse en la crisis: “Mi índice sólo marca errores y señala inconductas. Desocupación, pobreza, inflación. Ocupémonos de lo importante”.

Ejes temáticos

En el bloque dedicado al tema de la seguridad, Macri aprovechó para cuestionar a la gestión anterior por el narcotráfico y el “abandono” a las víctimas de delitos, mientras que Fernández propuso crear un Consejo de Seguridad. En veredas opuestas, Del Caño denunció el gatillo fácil y “la mano dura”, y por su parte Espert la emprendió contra los piqueteros.

La discusión sobre federalismo, calidad institucional y rol del Estado, volvió a despertar la polarización entre los dos candidatos más votados en las PASO. En tanto, fue en ese tramo que Lavagna reclamó una nueva ley de Coparticipación Federal.

“Cuando usted termine su mandato, la Argentina va a tener 40 por ciento de pobres”, dijo Fernández cuando el debate avanzaba sobre el tema de la pobreza. Al momento de responder, el presidente acusó al kirchnerismo de haber “usado a los pobres” y haber “hecho clientelismo”.

En el mensaje final de los seis candidatos para atraer el voto de los espectadores, Macri destacó la multitudinaria marcha del “Sí, se puede” en el Obelisco y llamó a “dar vuelta no solo la elección sino la historia de la Argentina”. Por su parte, Fernández prometió que “vamos a ponernos de pie” y agregó: “Que en la grieta se queden ellos”.

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