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El primer cuatrimestre de 2020 la trasladarán al único santuario de elefantes de Latinoamérica, ubicado en el Mato Grosso, en Brasil.

A sus 54 años, la elefanta Mara está más cerca de una semilibertad. El Gobierno porteño anunció este viernes que en el primer cuatrimestre de 2020 la trasladarán al único santuario de elefantes de Latinoamérica, ubicado en el Mato Grosso, en Brasil. El lunes llega al Ecoparque la caja en la que vivirá durante un viaje de 2.690 kilómetros por tierra. Y, de inmediato, empezarán a entrenarla para que se acostumbre a ella. Este nuevo desafío llega después de la derivación de la orangutana Sandra.

«Está todo dispuesto para que en los próximos meses la elefanta Mara viaje al santuario. La caja de traslado ya está en camino y los principales permisos y certificados ya fueron aprobados por las autoridades sanitarias de Brasil y Argentina», confirmó este jueves el secretario de Ambiente de la Ciudad, Eduardo Macchiavelli. Desde el Ecoparque precisaron que ambos países consensuaron el tipo de análisis sanitarios requeridos para habilitar el traslado del animal. Y que ya se obtuvieron las autorizaciones de exportación e importación.

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En su momento, según detalló Clarín, se identificaron 135 pasos para poder derivar a la elefanta, incluyendo desde la selección de posibles destinos hasta estudios veterinarios o su acostumbramiento a la caja. En mayo de 2017 se firmó un acta de entendimiento con el santuario de Chapada dos Guimarães, en Mato Grosso. Desde entonces se fue avanzando con los trámites burocráticos y, también, con la preparación física de la elefanta. Por ejemplo, se la entrenó para poderle realizar los exámenes médicos durante la cuarentena previa a su viaje: un análisis de sangre y un lavaje de trompa para tomarle muestras y asegurarse de que no tenga tuberculosis.

La caja en la que viajará, y que llegará el lunes desde Brasil, pertenece al santuario y ya fue utilizada para trasladar a otros elefantes. Pesa 5.600 kilos, tiene 5 metros de largo, 3,20 de alto y 2 de ancho. Mara deberá aprender a entrar y salir voluntariamente y a vivir en su interior. La ayudarán con comida como estímulo positivo. Es que durante una semana esa caja será su casa, en una travesía en camión de alrededor de cuatro días, con paradas periódicas en función de la necesidad de la elefanta.

El objetivo es que a más tardar en mayo, Mara ya esté viviendo en el santuario de 1.100 hectáreas creado por las organizaciones estadounidenses Global Sanctuary for Elephants Elephant Voices. En su nuevo hogar tendrá una pequeña montaña, un río, un arroyo, árboles y pasturas. Será un entorno cerrado y con supervisión veterinaria, pero sin rejas. Los animales que vivieron en cautiverio no pueden adaptarse a su hábitat natural.

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