Esta vez suma un patio gastronómico subterráneo, más verde, una entrada al subte D y, próximamente, salas de cine.
Insegura, poco amigable, abandonada, siempre fue conflictiva. En 2015, tras cinco meses de obras, la reinauguraron como un campus urbano, con salas de estudio, wi fi, canchas para practicar deportes y hasta una pista de skate. Cinco años después de aquella remodelación, este martes la Plaza Houssay reabre con una nueva versión. Esta vez suma un patio gastronómico subterráneo, más verde, una entrada al subte D y, próximamente, salas de cine.
El espacio, delimitado por la avenida Córdoba y las calles Junín, Paraguay y Uriburu, estuvo cerrado durante un año y cuatro meses. Hasta este martes, en que finalmente el espacio se liberó de las vallas amarillas para mostrar su nueva configuración.
«Son más de 2.700 m2 de un nuevo paseo abierto con locales gastronómicos y cines, ampliando la oferta en el barrio y el uso nocturno de la plaza. Además de sumar 1300 m2 de nuevo espacio verde y continuo, que invita a quedarse y disfrutarlo», describe Álvaro García Resta, subsecretario de Proyectos del Ministerio de Desarrollo Urbano de la Ciudad.
Cerca de Paraguay, se sumó un anillo verde parquizado sobre el que se pusieron postas aeróbicas. Del lado de Uriburu, está el patio de juegos. Sobre Paraguay hay una cancha de fútbol y otra de básquet. Y desde Córdoba, se accede a una barranca con escaleras que conducen a los subsuelos.
Entre otras tareas complementarias también se renovaron caminos para, en especial, asegurar que el recorrido diagonal sea más cómodo y directo. También se instaló nueva iluminación.
Además se agregaron servicios: hay una estación saludable y una estación de Ecobici sobre Junín, que se complementa con la extensión de la ciclovía de la calle Uriburu. Al mismo tiempo, se hicieron a nuevo las veredas de avenida Córdoba, Uriburu y Paraguay. Y se reacondicionó la feria de artesanos y libreros.
Junto a la iglesia San Lucas, que fue puesta en valor, sigue lo que el Gobierno porteño llamó «Campus BA», el espacio de servicios y salas de estudio que se inauguró en 2015.
Por abajo
El mayor cambio ocurrió a nivel subterráneo, donde aprovechando parte del estacionamiento que ya existía, se crearon dos pisos.
En el primero hay cuatro salas de cine, que abrirán en septiembre y serán de la cadena Village. También un acceso nuevo al subte D, ya operativo; salones de estudio, y locales de comida que estarán abiertos hasta las 23. De estos últimos, están habilitados un Freddo y un McDonalds. En el transcurso de la semana próxima, se sumarán sucursales de Pani, Mostaza y Tostado. Y para mediados agosto, Antares, Hell’s Pizza y Muu. Además, construyeron patios abiertos que aportan luz natural a los locales.
Mientras tanto, en el segundo subsuelo se mantiene parte de la anterior playa de estacionamiento, ahora con lugar para 600 autos.