Las declaraciones de Máximo Kirchner contra el gobernador Axel Kicillof, realizadas el jueves pasado en un acto en Quilmes pero difundidas recién el lunes a través de un video que rápidamente se viralizó, generaron sorpresa y malestar dentro del PJ Bonaerense. Buena parte de la dirigencia no logra comprender el accionar del líder de La Cámpora, especialmente por el momento elegido para expresarse.
El trasfondo del malestar radica en que sus críticas se conocieron en plena campaña electoral y pocos días después de que el Gobierno nacional quedara envuelto en el escándalo por los audios del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo, quien denunció un sistema de coimas que involucraría al organismo y a la droguería Suizo Argentina.
“Hace un año, en un acto que hacía en la ciudad de La Plata me decían ‘qué linda está la ciudad de La Plata’. Ojalá el gobernador ponga la misma plata en Quilmes que pone en la ciudad de La Plata”, lanzó Kirchner durante el acto, acompañado por Facundo Tignanelli, Mayra Mendoza y Jorge Taiana, primer candidato a diputado nacional por la provincia.
Malestar en el oficialismo bonaerense
En La Plata, las declaraciones fueron recibidas con incomodidad, aunque la decisión fue cerrar filas y concentrarse en la campaña. “Eso es lo único importante”, señaló un ministro bonaerense en diálogo con Infobae. En el entorno del Gobernador se busca evitar confrontar con Kirchner y minimizar la grieta interna.
Un dirigente social cercano a Kicillof coincidió en esa línea: “Hay que enfocarse en enfrentar a Milei. Eso es lo que realmente nos interesa. Y hay que pensar en lo que esperan y necesitan los bonaerenses. El resto es irrelevante”.
Sin embargo, no todos callaron su malestar. “No se puede entender la obsesión que tiene Máximo con Axel. Realmente es algo insólito. Debe tener una habitación con fotos de Axel en la pared. Es todo un delirio”, ironizó un funcionario bonaerense.
Otro intendente de peso del conurbano, alineado con el espacio Movimiento Derecho al Futuro (MDF) que conduce Kicillof, fue aún más directo: “Fueron declaraciones desafortunadas e inoportunas. No pudo cumplir con una regla básica de la política. Cuando el que está enfrente se equivoca, no lo molestes. El fuego amigo, en este momento, no tiene ningún sentido”.
Una interna cada vez más profunda
La disputa vuelve a instalar la interna peronista en la agenda política, desplazando el foco que hasta hace pocos días estaba puesto en el caso de las coimas en el Gobierno. Para muchos dirigentes, el desgaste es tal que imaginan a Kicillof proyectando un camino distinto al del kirchnerismo y La Cámpora, incluso con vistas a 2027.
“Si Axel tiene intenciones de competir por el premio mayor en dos años, tiene que romper con el cristinismo y La Cámpora de una vez por todas”, reflexionó un jefe comunal con fuerte peso territorial.
El peronismo provincial transita una campaña desarticulada, sin una mesa política que coordine ni una narrativa unificada. Cada sector juega por su cuenta, apelando únicamente a la confrontación con el modelo de Milei como denominador común. Sin embargo, la falta de cohesión expone las debilidades de un esquema político fragmentado, atravesado por internas, reproches y recelos. Una dinámica crónica que vuelve a mostrar las fisuras de la fuerza en la provincia más poblada del país.