Luego del anuncio de Sergio Massa, al menos nueve provincias, varias oficialistas, y la Ciudad avisaron que no pagarán a sus empleados el bono de $ 60 mil porque ya se había acordado con los gremios la aplicación de una cláusula gatillo.
La opositora Córdoba adelantó existe un aumento incluido en el acuerdo salarial, al igual que la Ciudad de Buenos Aires, que señaló que tiene actualizaciones mensuales, por lo que no analiza dar el bono. En Jujuy, el ministro de Economía y gobernador radical electo, Carlos Sadir también rechazó la suba por «electoralista».
Rechazaron la medida administraciones de la oposición como la Ciudad, Córdoba, Jujuy y Neuquén. A su vez, las oficialistas Santa Fe, Tucumán, Entre Ríos, La Pampa, Catamarca y la aliada Misiones, aducen que ya tienen previstos aumentos paritarios. Otras provincias, como Salta, plantean dudas. Y en los casos de Formosa y San Juan lo evaluarán.
En medio de las restricciones del Fondo Monetario y la necesidad de recuperar votos, Massa anunció una suma fija por unica vez de $ 30.000 en septiembre y octubre para los trabajadores del sector privado y público con sueldos netos de hasta $ 400.000.
El monto no remunerativo será a cuenta de las paritarias y alcanzará a 5,5 millones de empleados, mientras las empresas podrán descontarlo del pago a cuenta de contribuciones microempresas (100%) y pymes (50%). Una medida apoyada por la CGT, pero «sin acuerdo» con los empresarios, según fuentes de la UIA y CAC.
Sucedido esto, el Gobierno lanzó una varias medidas, que incluyen bonos, créditos, exenciones impositivas y beneficios a más de 15 millones de personas.
El objetivo de esta batería de medidas es aliviar los bolsillos con medidas temporales a los sectores más golpeados por la devaluación implementada el día después de las primarias, viendo de acotar el impacto en las cuentas públicas, tras el acuerdo alcanzado con el FMI para seguir reduciendo el gasto.