El próximo lunes empezará a regir la nueva tarifa de gas que reconocerá a las petroleras que producen el fluido un tipo de cambio de $41,97 por lo que vendan hasta el 30 de septiembre. Esa cotización es un 11,3% más alta que la considerada en las boletas vigentes ahora.
Se presume que para cubrirse de esa situación, las petroleras ofrecieron gas a las distribuidoras a un precio superior a US$7 por el 30% del producto que faltaba contratar para el invierno, después de la subasta que organizó el Gobierno en febrero.
Lo que todavía no se puede precisar es si el Enargas convalidará ese precio para el gas contratado en el último mes. En caso de que lo haga, el aumento en la tarifa del público será mayor al 30% que prometió el Gobierno. Además, el Enargas y el Ejecutivo deben definir si mantienen el índice de precios mayoristas (IPIM) para el ajuste de los ingresos de transportistas y distribuidoras. El acumulado del semestre septiembre-febrero fue del 38,5%.