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En las escuelas primarias porteñas se pasó de 2.018 casos «que escalaron» en 2016 a 585 casos en 2017.

Afirman que con un nuevo «método» de convivencia escolar que implementan desde 2016 -y que vienen «mejorando desde cuatro años atrás»- lograron bajar en un año 72% los conflictos en las primarias, y un 51% en las secundarias. Se refieren a casos como agresiones u hostigamiento entre pares (bullying) o violencia entre alumnos y con los docentes que no puede resolver la misma escuela, terminan «escalando» y requieren la intervención de instancias superiores como la supervisión o el Ministerio.

En las escuelas primarias porteñas se pasó de 2.018 casos «que escalaron» en 2016 a 585 casos en 2017, y en la secundaria de 1.130 casos en 2016 a 552 casos en 2017. Soledad Acuña, ministra de educación porteña le dijo a Clarín que el «método porteño» es una combinación de herramientas como los consejos de aula -reuniones periódicas del maestro o profesor con los alumnos en los que se debaten las reglas-; más los consejos escolares de convivencia (una instancia superior, en la que directivos, docentes, alumnos y familias establecen un reglamento que define qué se puede hacer en las aulas); más los acuerdos de convivencia: el documento final en el que quedan plasmados los límites Es decir, el reglamento escolar, que fue previamente consensuado.

Todas estas herramientas, que son dinámicas y van cambiando con el tiempo, deben ser articuladas por los «facilitadores de la convivencia escolar». Son docentes especialmente capacitados para trabajar la convivencia . En 2016, el Ministerio de Educación local empezó a capacitar a docentes de 32 escuelas, en 2017 sumaron 88 colegios y este año 170 más. Para 2019 todas las escuelas primarias del distrito (son 457) tendrán facilitadores de convivencia. Todos estos datos serán anunciados este jueves por el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.

Para María Zysman, psicopedagoga y directora de la Asociación Libres de Bullying, todas estas medidas siguen los lineamientos de la Ley Nacional de Convivencia Escolar de 2013 -también conocida como «ley antibullying»- que todavía no se reglamentó, y que entonces cada distrito avanza a su ritmo. «Medir cuántos conflictos escalan me parece un índice interesante. En Capital hay equipos que trabajan muy bien. Esto muestra que en las escuelas se hacen muchas cosas por la convivencia que no se dan a conocer. Pero no me parece que la conflictividad haya bajado tanto. Lo que está faltando es mayor articulación con Salud. A las escuelas llegan chicos golpeados o mal alimentados, y tiene que haber un abordaje más integral», le dijo a Clarín.

Recientes estudios parecen contradecir las cifras oficiales. En las últimas pruebas Aprender, por ejemplo, 6 de cada 10 alumnos de los últimos años de la primaria y la secundaria dijeron ver bullying o discriminación en su aula. Y un reciente estudio de la UBA mostró datos similares en la secundaria. Para Acuña «puede ser que esto siga sucediendo, sigue habiendo discriminación en la sociedad, pero lo que logramos es trabajarlo dentro de la escuela y bajamos el nivel de conflictos».

«Parece una política interesante, no es poco lograr mejores hábitos de convivencia. Sería bueno cruzarla con metas de aprendizaje, para ver si la mejor convivencia está aportando resultados. No es poco lo que se ha logrado, pero hay que complementarlo», dijo a Clarín Gustavo Iaies, director de educación de ESEADE.

Andrea Bruzos, subsecretaria de Coordinación Pedagógica del ministerio de Educación porteño, explicó cómo funcionan las sanciones en el nuevo esquema. «La ley establece que pueden ser apercibimiento oral, escrito, medida reparadora o, en el peor caso, cambio de escuela o de división. Si bien los chicos no definen las sanciones, lo que buscamos es que puedan determinar cuándo las faltas son graves o moderadas. En función de eso, la sanción cae de maduro», dice.

«Lo que no puede pasar es que no pase nada. La sanción genera responsabilidad. Y nosotros insistimos en que siempre tiene que haber una medida reparatoria. Por ejemplo, si a un chico le arruinan la carpeta, cada compañero deberá rehacerle una o más hojas hasta que quede como antes. En la escuela secundaria Bermejo, por ejemplo, a estudiantes que se pelearon les pusieron como sanción que debían ayudar en la administración. Estas son medidas reparatorias interesantes», agregó Acuña.

El «método» porteño de convivencia escolar incluye un cuadernillo que todos los docentes reciben y está en formato pdf en la Web. Es la «guía de procedimientos para el abordaje de la convivencia», donde se dan consejos bien prácticos para los docentes.